La marihuana (Cannabis sativa) es una herbácea nativa de Asia Central, denominada de muy variadas formas en diferentes lugares, en Arabia y Egipto se le llama “haschich”, en Africa del Sur “dagga” en Africa del Norte “kif”. Mientras que en América y en Europa se le conoce con el nombre de “marihuana”.
Esta planta pertenece a la familia morácea de la que forman parte también el higo, el buen pan, el laurel y el álamo.
Hay muchas variedades de marihuana. Las semillas de algunas de ellas son usadas para alimentar el ganado.
Este vegetal es citado por Heródoto y Plinio como una planta usada con fines curativos, en obras sánscritas es mencionada como una de las hierbas mágicas.
Los supuestos usos medicinales de la marihuana son muy viejos. Hace más de 5 mil años las hojas de esta planta se empezaron a usar para calmar dolores y para producir sueño. Sin embargo, los graves efectos secundarios han hecho que no se use en medicina humana y veterinaria, a excepción de algunos Estados norteamericanos que han legalizado su uso en pacientes con cáncer para aliviar el dolor, no obstante el Comité de Expertos en Drogas, reunido en Ginebra en 1992, haber reconocido la ineficacia medicamentosa de esta planta y sus derivados y recomendado a todos los gobiernos la prohibición de su uso en medicina. (Ver Tratado de Farmacognosia de G. E. Trease y W. C. Evans, página 717, en su 12va. Edición).
A partir de 1974 un equipo de taxonomistas estadounidenses, después de estudios, consiguió registrar tres especies distintas de esta planta: Cannabis indica, Cannabis sativa y Cannabis ruderalis.
DAÑOS PRODUCIDOS POR LA MARIHUANA
Se ha dicho muchas veces que la marihuana no crea hábito y que sus efectos dañinos son mínimos. ¡Nada más falso que esto! Esta planta produce adicción y los daños reportados como consecuencia de su uso son muy significativos.
Es tanta la dependencia, que el servicio de Pesca y Casa de los Estados Unidos afirma que le están arrancando los colmillos a las morsas en Alaska para cambiarlos por seis cigarrillos de marihuana. El valor de dos colmillos es de aproximadamente 800 dólares norteamericanos.
El uso de marihuana no se ha podido reducir en los Estados Unidos y la adicción es tan grande que a pesar de que se gastan más de mil millones de dólares con fines de combatir el uso de esta droga, su consumo aumenta.
Las sustancias activas de la marihuana son denominadas cannabinoides. Se han identificado unos 60 de éstos. Sin embargo, sólo cuatro son dañinos y el más activo es el “Delta 9 tetrahidrocannabinol”.
DAÑOS SOBRE EL FETO Y LOS ORGANOS SEXUALES
Estudios realizados en animales de experimentación (ratones y monos) y en seres humanos, a los que se les administró el tetrahidrocannabinol, mostraron que cerca de la mitad de los embarazos se perdían antes de llegar a término. Eso equivale a decir que de cada dos mujeres embarazadas consumidoras de marihuana, una pierde su producto antes de llegar al final de la gestación.
Se ha encontrado además, que basta fumarse un cigarrillo para que se disminuyan los niveles en sangre de una sustancia llamada Hormona Estimulante del Folículo (FSH) que inicia en el ovario la maduración de un óvulo. Por eso se registró ausencia de la ovulación en una gran cantidad de los casos estudiados y reportados por la doctora Carol Grace Smith, de la Facultad de Medicina de los Servicios Uniformados, de Bethesda, Estados Unidos.
En los hombres, el doctor Wylie Hembree de la Universidad de Columbia, atribuyó al uso de esta droga un marcado descenso del número de espermatozoides, un aumento de los espermatozoides anormales y una disminución del movimiento de los mismos. También se registró en estos individuos una baja en los niveles de la hormona masculina llamada testosterona, la cual tiene una gran importancia en la producción del deseo sexual.
EFECTOS SOBRE LOS PULMONES Y EL CEREBRO
En el cerebro de los individuos consumidores de marihuana estudiados, hubo un aumento del espacio sináptico, es decir, por donde una neurona o célula del sistema nervioso le transmite a otra el mensaje del cerebro. Por esta razón los adictos responden de forma más lenta a los estímulos.
En los pulmones de ratones expuestos sólo al humo de marihuana, el doctor Gary Huber, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, encontró que todos tenían disminuida la capacidad de los macrófagos, unos glóbulos blancos que atrapan bacterias y las destruyen. Por esta razón el paciente adicto a esta droga sufre mucho de bronquitis, neumonía y traqueitis.
Los individuos consumidores de marihuana experimentan una alegría transitoria y falsa (euforia), por lo que consumen cada vez una mayor cantidad de la droga, llegando a producir delirio, confusión, fatiga, coma y hasta la muerte.
Fuente:
brigadadesaludpopular.blogspot.com
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